Cómo llegamos hasta aquí
En 2019, tres contables hartos de software complicado decidimos que había que hacer las cosas diferente. Nos juntábamos cada jueves en un bar de Zaragoza y hablábamos de lo mismo: los clientes se perdían entre informes que nadie entendía.
Tardamos casi un año en definir qué queríamos ser. No una asesoría más. Queríamos crear un lugar donde las empresas pudieran tener sus registros organizados sin necesitar un máster en finanzas para interpretarlos.
Empezamos con cinco clientes que confiaron en nosotros cuando ni siquiera teníamos oficina propia. Trabajábamos desde un coworking en Delicias y respondíamos consultas hasta las once de la noche.